El género es una propiedad gramatical, de
carácter inherente, de los sustantivos y ciertos pronombres que se manifiesta
de forma especial en su combinación con determinantes, cuantificadores,
adjetivos y participios. Según su género, los nombres son masculinos o
femeninos. En español no existen sustantivos neutros, a diferencia de lo que
ocurre con algunos determinantes, cuantificadores y pronombres (lo, algo,
eso).
Sustantivos como caballo, chacal, farol y
tiburón son masculinos, por lo que provocan concordancia con formas de
este género: nuestro caballo, este chacal, un farol nuevo, aquel tiburón.
Los nombres cebra, loba, mano, mesa,
ventaja y víctima son femeninos y, como consecuencia, exigen
concordancia en dicho género: una cebra, loba parda, esta mano, aquella
mesa, mucha ventaja, la víctima.
Los sustantivos pianista, portavoz y
testigo pueden ser masculinos o femeninos, a pesar de que presentan una
sola terminación, por lo que seleccionan formas de uno y otro género: el/la
pianista, este/esta portavoz, nuevo/nueva testigo.
Fuente: Real Academia Española y Asociación
de Academias de la Lengua Española. Nueva gramática básica de la lengua
española. 2011.
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