En el sistema ortográfico del español, la letra q solo
tiene uso como elemento integrante del dígrafo qu para representar el
fonema /k/ ante las vocales e, i (queso [késo], quien [kién]).
Este mismo fonema se representa, en el resto de las posiciones con la letra c
(canguro [kangúro], corto [kórto], cuenta [kuénta], acné
[akné], tictac [tikták]), aunque en préstamos de otras lenguas
también puede aparecer representado por la letra k en cualquier posición
(karaoke [karaóke], kilo [kílo], koala [koála], kurdo [kúrdo],
búnker [búnker], anorak [anorák]).
Es, por lo tanto, ajeno a la ortografía del español el
empleo de la letra q como grafema independiente, con valor fónico
autónomo. Por ello, los préstamos de otras lenguas, sean latinismos o
extranjerismos, cuya grafía etimológica incluya una q que por sí sola
representa el fonema /k/, si se adaptan al español, deben sustituir esa q por
las grafías propias de la ortografía española para representar dicho fonema. En
aplicación de esta norma, voces inglesas como quark o quasar, o
latinas como quorum o exequatur, deben considerarse
extranjerismos o latinismos crudos (no adaptados) y escribirse, por ello, en
cursiva y sin tilde.
Aunque en el ámbito de los nombres propios (antropónimos
y topónimos) es frecuente el uso de grafías originarias no adaptadas o —si los
nombres provienen de lenguas que emplean otro alfabeto u otro sistema de
escritura, como el árabe, el hebreo o el chino— de transliteraciones de las
grafías originarias al alfabeto latino, sin adaptaciones ulteriores, en el caso
de los topónimos mayores, como son los nombres de países, es conveniente usar
grafías plenamente adaptadas a la ortografía del español. Por ello, aplicando
la misma norma que para los nombres comunes, se recomienda emplear con
preferencia las grafías Catar e Irak para los nombres de esos dos
países árabes, mejor que Qatar e Iraq, transcripciones de los
originales árabes que presentan un uso de la q ajeno al sistema
ortográfico del español.
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