La palabra. La palabra es la unidad significativa básica en la
tradición lingüística. Su definición en gramática presenta problemas, ya que su
rasgo más característico y constante es de orden gráfico (unidad que se
representa entre dos blancos en la escritura). Morfológicamente, las palabras
pueden estar constituidas por elementos significativos menores (los morfemas).
Desde el punto de vista sintáctico, las palabras y sus combinaciones forman
grupos que, a su vez, se unen en oraciones. La palabra es la unidad superior de
la morfología y a unidad mínima de la sintaxis.
Las locuciones y sus clases. Las locuciones son grupos de palabras que forman una sola
pieza léxica, es decir, que se comportan como si fueran una sola palabra. Su
significado no es el resultado de la combinación de sus partes: la locución
nominal ojo de buey designa cierta claraboya, y la locución verbal tomar
el pelo, la acción de burlarse de alguien. Las locuciones constituyen, en
efecto, piezas del léxico de una lengua, y, como tales, se incluyen en el
diccionario. Ejercen las mismas funciones sintácticas que las categorías en las
que se inscriben. Suelen reconocerse los siguientes tipos de locuciones:
nominales (cabeza de turco, media naranja), adjetivas (corriente y
moliente, de cuidado), verbales (meter la pata, poner el grito al cielo),
adverbiales (a la fuerza, a medias), preposicionales (con vistas a,
frente a, gracias a), conjuntivas (si bien, ya que) e interjectivas
(¡A ver!, ¡Ahí va!).
Categorías gramaticales o clases de
palabras. Son los paradigmas o los conjuntos en los
que se agrupan las palabras de acuerdo con sus propiedades morfológicas,
sintácticas y semánticas. En la actualidad se reconocen las siguientes: el
sustantivo (piedra, bondad), el adjetivo (fértil, digital), el
determinante (el, un, mi algún), el pronombre (tú, alguien), el
verbo (vivir, estar), el adverbio (antes, bien), la preposición (con,
desde), la conjunción (pero, pues) y la interjección (caramba, oh).
Atendiendo a su capacidad flexiva, las
palabras se dividen en variables (las que admiten algún tipo de flexión) e
invariables. Son variables los determinantes, los adjetivos, los pronombres,
los sustantivos y los verbos. Son invariables los adverbios, las preposiciones,
las conjunciones y las interjecciones.
Las particularidades morfológicas de
algunas palabras dan lugar a subclases formales, por ejemplo, las que se forman
oponiendo rasgos como masculino/femenino o singular/plural. Las
particularidades semánticas diferencian, entre otras, las clases constituidas
en función de las oposiciones ‘contable’/’no contable’ e
‘individual’/’colectivo’. Algunas clases de palabras, de carácter gramatical,
pueden pertenecer a varias categorías, por lo que reciben el nombre de clases
transversales. Así ocurre con los posesivos (que pueden ser determinantes y
adjetivos), los demostrativos (que se realizan como determinantes, como
pronombres y como adverbios) y los cuantificadores, relativos e interrogativos
(donde encontramos determinantes, adjetivos, pronombres y adverbios).
Las clases de palabras pueden subdividirse
en léxicas y gramaticales. Las unidades léxicas aportan un contenido que
representa entidades, propiedades, sucesos, etc. Pertenecen a conjuntos
amplios, abiertos a nuevas incorporaciones. Las unidades gramaticales se
inscriben en paradigmas limitados y cerrados. Aportan nociones abstractas como
‘determinación’, ‘tiempo’, ‘negación’, ‘adversatividad’, etc. Son clases léxicas,
por ejemplo, el sustantivo, el adjetivo y el verbo. Son gramaticales, entre
otras, los determinantes, los pronombres, ciertas preposiciones y algunas
conjunciones.
Fuente: Real Academia Española y Asociación
de Academias de la Lengua Española. Nueva gramática básica de la lengua
española. 2011.
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