Cuando estaba aprendiendo mecanografía en el colegio en una máquina manual, resultaba imposible tildar las mayúsculas pues el signo quedaba ubicado de la mitad para arriba de la letra y no encima, como corresponde. Ante esa imposibilidad generada por el medio, probablemente se generalizó la idea de que las mayúsculas no se tildaban; luego resultó muy sencillo generalizarlo incluso a la escritura manuscrita.
Siempre he pensado (lo cual aclaro es una visión totalmente subjetiva) que quienes escriben en mayúscula total lo hacen con la intención de no tildar las palabras, porque les da pereza o porque sencillamente no saben cómo hacerlo (por desconocimiento de la ortografía). En todo caso, con la generalización de los nuevos medios de información y comunicación, se han desarrollado normas de cortesía para paliar la ausencia de los recursos que nos ofrece la conversación frente a frente. Dentro de esas normas, el uso de la mayúscula total es considerado una descortesía, pues significa que la persona está gritando.
El caso es que desde siempre el español ha utilizado la tilde para marcar la forma de pronunciar las palabras; y debe utilizarse también en las palabras mayúsculas, de lo contrario el lector no recibiría la información suficiente para hacer una lectura apropiada (no es lo mismo Óscar, que Oscar, por ejemplo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario