miércoles, 26 de enero de 2011

Tilde diacrítica

La tilde diacrítica (del griego διακριτικός, que distingue), es el "acento gráfico que permite distinguir palabras con idéntica forma, pero que pertenecen a categorías gramaticales diferentes". Con la edición de la más reciente ortografía de la lengua española (2010), las dudas en torno al uso de la tilde diacrítica han aparecido en los medios, aun cuando en la escritura cotidiana de la mayoría de los usuarios de la lengua, siempre han estado presentes.

Uno de los usos de la tilde diacrítica es con los monosílabos. La regla general, en el caso de los monosílabos, es que no se tildan; sin embargo, la tilde nos permite solucionar cualquier problema de ambigüedad que se pueda presentar cuando dos palabras diferentes se escriben de igual manera:

de (preposición): Hace pajaritas de papel.
de (sustantivo -letra-): Le bordó una de en el pañuelo.
(forma del verbo dar): Dé recuerdos a su hija de mi parte.

el (artículo): El problema está resuelto.
él (pronombre personal): Él se hace responsable.

mas (conjunción adversativa): Lo sabía, mas no dijo nada.
más (adverbio, adjetivo o pronombre): Tu coche es más rápido que el mío.
más (conjunción con valor de suma o adición): Tres más cuatro son siete.
más (sustantivo -signo matemático-): En esta suma falta el más.

mi (adjetivo posesivo): Andrés es mi amigo.
mi (sustantivo -nota musical-): Empieza de nuevo en mi.
(pronombre personal): Dámelo a mí.

se (pronombre, con distintos valores): Se lo compré ayer.
se (indicador de impersonalidad): Se duerme bien aquí.
se (indicador de pasiva refleja): Se venden manzanas.
(forma del verbo ser o saber): Sé bueno y pórtate bien.

si (conjunción, con distintos valores): Si llueve, te mojarás.
si (sustantivo -nota musical-): Compuso una melodía en si mayor.
(adverbio de afirmación): Sí, estoy preparado.
(pronombre personal reflexivo): Vive encerrado en sí mismo.
(sustantivo -aprobación o asentimiento-): Tardó varios días en dar el sí al proyecto.

te (pronombre personal): Te agradezco que vengas.
te (sustantivo -letra-): La te parece aquí una ele.
(sustantivo -planta e infusión-): Es dueño de una plantación de té.

tu (posesivo): Dame tu dirección.
(pronombre personal): Tú ya me entiendes.

También tenemos el caso de los demostrativos (este, ese y aquel -sus femeninos y plurales-) que se acostumbraba tildarlos cuando funcionaban como pronombres y ejercían las funciones del sustantivo. Desde 1959, la Academia recomendaba no tildarlos y ajustarse a las normas generales de acentuación (palabras graves terminadas en plural y, en el caso de aquel, aguda terminada en consonante), según las cuales no deben tildarse; sin embargo, se dejaba la posibilidad de tildarlas para hacer la distinción. En la nueva ortografía (2010) se elimina esa posibilidad. Así que, para mayor facilidad de los usuarios de la lengua española, no se tildan sin importar la función que cumplan en la oración.

En el caso de sólo/solo, es común recordar a nuestras maestras de escuela que nos decían que se tildaba cuando equivalía a solamente y no llevaba tilde si era sin compañía. No obstante, es claro que la pronunciación de la palabra (sin importar si actuaba como adverbio o como adjetivo) no varía, por lo que, ajustándose a las normas de acentuación no correspondería tildarla (es una palabra grave terminada en vocal). Debido a esto, en la nueva ortografía se recomienda no tildarla nunca, dado que del contexto se puede determinar fácilmente el uso que se está dando a la palabra, por lo que no podría presentarse ambigüedad. Y, en caso contrario, se puede recurrir al uso de sinónimos o frases más claras.

La situación que se presenta con aún/aun es diferente, pues la pronunciación varía dependiendo de su significado; así, se pronuncia con hiato (a-ún) o con diptongo (aun). En tal caso, llevaría tilde cuando puede sustituirse por todavía y no la lleva cuando se utiliza con el significado de hasta, también o incluso. Cuando va a la par de cuando (aun cuando) nunca se tilda.

Cuando tenga en mis manos la nueva ortografía de la lengua española, que probablemente llegue al país el próximo mes, ampliaré sobre las "novedades" en el texto; aunque me parece que muchas de ellas no lo son tanto, pues ya se habían consolidado en nuestra lengua desde hace rato. De momento, les recomiendo el blog del filólogo Cristian Fallas Alvarado, quien colaboró con la Academia Costarricense de la Lengua en la revisión de la ortografía.

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