En los últimos años se ha volcado el interés en
reforzar la medicina preventiva; para ello, es necesario que adoptemos hábitos
que promuevan nuestra salud y minimicen las enfermedades. En ese sentido, se ha
generalizado el uso de la frase “estilo de vida saludable”, para referirse a
alguna práctica que permita mantener la salud. Como ejemplo se mencionan la
actividad física diaria, la alimentación saludable con el mínimo de alimentos
procesados y dando prevalencia a los naturales (vegetales y frutas, entre otros).
La dificultad se nos presenta cuando queremos llevar
al plural esa frase, para referirnos a varios de estos hábitos que debemos
adoptar; y surge la duda entre estilos de vida saludable o estilos de
vida saludables.
Lo primero que debemos tener en cuenta es si el
adjetivo saludable, califica al sustantivo estilos o al
sustantivo vida. Aclarado este punto, podemos adoptar dos usos, según
sea el caso, para eliminar cualquier ambigüedad:
- estilos de vida saludable
- estilos saludables de vida
De esta forma, el adjetivo se mantiene cerca del
sustantivo al cual está calificando y se evita incurrir en errores de
concordancia o generar duda entre los lectores u oyentes, respecto de la idea
que queremos dar a entender.
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