Sobre esta regla, se indica en la Nueva gramática
básica de la lengua española, de la Real Academia Española y de la
Asociación de Academias de la Lengua Española (2011: 90):
Además
de la y una, el artículo femenino singular presenta las formas el
y un cuando precede inmediatamente a nombres que comienzan por /a/
tónica (en la escritura a- o ha-, lleven tilde o no): el agua,
el habla, un área, un hada.
No
deben utilizarse el y un como artículos femeninos cuando se
interponen un adjetivo u otro elemento entre artículo y sustantivo. No se
dice, pues, el majestuoso águila ni un filoso hacha, sino la
majestuosa águila y una filosa hacha. Ni siquiera cuando el
adjetivo antepuesto comienza por /a/ tónica: la alta haya, una amplia aula.
Tampoco se usa el como artículo femenino en casos de elipsis: El
ansia de placeres es tan perjudicial como la de dinero, y no... tan
perjudicial como el de dinero.
|
n
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La
citada regla posee algunas excepciones:
- Los nombres de las letras del abecedario latino: la
a, una hache.
- Nombres y apellidos de mujeres: La Ana de mi
oficina es una Ávalos.
- Nombres de empresas (la Alfa Romeo), así
como siglas y acrónimos con núcleo en femenino: la AUF (Asociación
Uruguaya de Fútbol).
- Los sustantivos comunes en cuanto al género
definen el sexo del referente mediante el artículo: el árabe / la
árabe, un ácrata / una ácrata.
- Con nombres femeninos de creación reciente que denotan profesión se emplean la y una: la árbitra, una árbitra.
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