miércoles, 19 de febrero de 2014

Los sustantivos epicenos

Son de un solo género sin que este haga referencia al sexo, aun cuando designan seres sexuados. El género masculino o femenino de estos sustantivos solo se manifiesta en la concordancia. Son muy frecuentes entre los nombres de animales (el avestruz, la cobra, la jineta…) y plantas (el acebo, el espárrago, la palmera, el plátano, el sauce…). También los hay que hacen referencia a seres humanos (la autoridad, el emisor, la persona…). Para especificar el sexo de los referentes de los nombres de animales y de plantas se utilizan los sustantivos macho y hembra. Estos modificadores no alteran el género del sustantivo: el hipopótamo macho / el hipopótamo hembra, el ombú macho / el ombú hembra. Para especificar el sexo de los individuos designados por los sustantivos epicenos de persona, se agregan masculino/femenino o varón/mujer: los personajes femeninos, las víctimas masculinas, los parientes varones. La concordancia está condicionada por el género, no por el sexo: El tiburón hembra es muy {peligroso - *peligrosa}.

Algunos sustantivos pueden comportarse como epicenos o como comunes. Así, miembro (‘persona integrada en una comunidad’) y rehén son habitualmente epicenos, pero se emplean a veces como comunes: Ella es el miembro más notable del equipo [epiceno] ~ Ella es la miembro más notable del equipo [común]; Ella es el único rehén ~ Ella era la única rehén. Lo mismo puede decirse de otros, como pariente y familiar. Bebé es común en buena parte de América (Es una bebé preciosa ~ Es un bebé precioso), pero epiceno en España: Esta niña es un bebé precioso. En varios países americanos, este sustantivo ha desarrollado una forma femenina, a la par que una pronunciación llana: bebe/beba.

No se considera correcto el femenino miembra.

Fuente: Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. Nueva gramática básica de la lengua española. 2011.

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