sábado, 15 de febrero de 2014

Los sustantivos comunes en cuanto al género

Pueden ser masculinos o femeninos sin que su forma se vea modificada. Su género (y, por consiguiente, el sexo del referente) puede manifestarse a través de la concordancia con adjetivos y determinantes: el cónyuge/la cónyuge, este testigo/esta testigo, estudiante aplicado/estudiante aplicada.

Pronombres. Se comportan como sustantivos comunes en cuanto al género numerosos pronombres: Yo soy {alto ~ alta}.

Grupos de nombres comunes en cuanto al género.  Según la terminación, se clasifican en varios grupos:

      a) Acabados en –a. Son, en buena parte, de origen griego y denotan profesiones, actividades o atributos de personas: astronauta, burócrata, centinela, guardia. Son numerosos los que se forman con el sufijo –ista: artista, dentista, pianista. Algunos, de carácter popular y restringidos geográficamente, poseen connotaciones negativas: hortera, maula, pasota, pelma, raspa.

El sustantivo autodidacta puede usarse como común, pero también es posible la alternancia autodidacto/autodidacta. Lo mismo ocurre con políglota, que admite la variación polígloto/políglota. Se ha extendido la forma modisto, surgida del común modista.

      b) Terminados en –e: conserje, detective, hereje, intérprete. Destacan por su número los que acaban en –nte, que suelen proceder de participios de presente latinos: amante, cantante, delincuente, estudiante, manifestante, presidente.

Pueden ser comunes jefe, cacique y sastre, aunque también existen, y son correctos, los femeninos jefa, cacica y sastra, los dos últimos menos usados. Varios de los acabados en –nte poseen variantes en –nta sujetas a distribución geográfica, como la clienta (poco común en algunos países americanos), la intendenta, la presidenta (ya de uso casi general), etc.

      c) Acabados en –i (tónica o átona) y en –y: maniquí, marroquí, pelotari, yóquey (yoqueta en el área rioplatense), y algunos en –o: sabelotodo, testigo.

     d) Casi todos los no agudos acabados en –r, -s, -t: mártir, prócer, papanatas, pívot. Los agudos terminados en –ar o –er: auxiliar, titular, canciller, mercader. Los procedentes de adjetivos que terminan en –l: comensal, corresponsal, profesional. Algunos de estos últimos forman femenino en –a: colegial/colegiala, español/española, al igual que los agudos terminados en –or: director/directora, doctor/doctora; en –n: anfitrión/anfitriona, patrón/patrona, y en –s: francés/francesa, marqués/marquesa (con la excepción de mandamás). Los acabados en –z tienden a ser comunes (el portavoz/la portavoz, el aprendiz/la aprendiza, el capataz/la capataz), si bien algunos poseen forma femenina, como andaluza y, más ocasionalmente, aprendiza y capataza.

Cambios de clase. Originariamente, la marca de género de muchos sustantivos que nombran profesiones desempeñadas en otro tiempo por hombres designaba solo el masculino, mientras que la forma femenina se aplicaba a la esposa: la coronela (‘la esposa del coronel’), la gobernadora (‘la mujer del gobernador’). Este uso se ha perdido hoy casi totalmente, ya que las mujeres han pasado a desempeñar tales actividades de forma habitual. En la actualidad se emplean como sustantivos comunes en cuanto al género (el sargento/la sargento) o como nombres de terminación variable (el gobernador/la gobernadora).

      a) Son numerosos los masculinos terminados en –o que designan cargos, títulos o profesiones que presentan el femenino en –a: abogada, bióloga, catedrática, diputada, ingeniera, incluso los que coinciden con nombres de ciencias y artes, como física, informática, música, política, química, técnica. No obstante, algunos de ellos siguen empleándose en muchos países como comunes en cuanto al género: el/la médico, el/la músico.

Empiezan a extenderse algunos sustantivos femeninos correspondientes a masculinos no acabados en –o, como bedela, concejala, fiscala o jueza, entre otros. Sin embargo, su aceptación es desigual en los distintos países hispanohablantes.

      b) Tras la incorporación de la mujer al Ejército, se consideran comunes en cuanto al género los sustantivos que designan grados de la escala militar: el/la capitana, el/la coronel, el/la sargento, el/la soldado, el/la teniente, etc. No obstante, en algunos países americanos, se registran usos como la capitana, la coronela, la sargenta o la tenienta para designar a las mujeres que poseen tales grados. 

Fuente: Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. Nueva gramática básica de la lengua española. 2011.

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