domingo, 19 de enero de 2014

Género, concordancia, flexión y sexo

La propiedad esencial del género es marcar la concordancia entre el nombre y otras clases de palabras con las que se combina (determinantes, cuantificadores, adjetivos y participios): la ducha, nuestro profesor, aquellos años, algunos problemas, libros nuevos, obras conocidas.

El género de los nombres no se manifiesta necesariamente por medio de marcas formales: todos los sustantivos son masculinos o femeninos, pero pocos reflejan esta oposición en sus terminaciones.

Género y sexo son dos nociones que se relacionan, pero que no se identifican, puesto que el primero es de carácter gramatical, mientras que el segundo constituye un rasgo biológico. Todos los nombres poseen género, con independencia de que se refieran a seres sexuados o no. Muchos de los términos que designan seres sexuados son invariables en cuanto al género (abeja, avestruz, calamar, gaviota, golondrina, gusano). Y, en otro sentido, en algunos sustantivos la diferencia de terminaciones no establece una oposición de sexo (cesto ~ cesta, huerto ~ huerta, manzano ~ manzana), sino que aportan valores semánticos diferentes.

Fuente: Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. Nueva gramática básica de la lengua española. 2011.

No hay comentarios:

Publicar un comentario