La semana pasada tuve el gran placer de asistir al concierto de
Rosana; mientras escuchaba una canción, recordé un uso que se ha generalizado
en los últimos tiempos de la palabra demasiado. Según el DRAE, esta
palabra que funciona como adjetivo o sustantivo, significa lo siguiente:
1. adj. Que es en
demasía, o tiene demasía.
3. adv.
c. excesivamente.
Tanto demasía como exceso, nos remiten a sentidos
negativos. Si utilizamos la palabra demasiado es para referirnos a
aquello que se da en exceso, a algo negativo. Por ello, expresiones como demasiado
bueno serían contradictorias (pues lo bueno no es negativo, salvo claro que
ser demasiado bueno resulte un exceso y moleste a quien lo califica en esa forma).
La canción de Rosana nos ofrece ejemplos en las dos líneas,
donde cosas positivas pueden devenir en excesos (y por tanto negativas) o
cuando se da algo cuya naturaleza sea considerada socialmente negativa:
Demasiados abrazos en la
hoguera del frío
demasiado de todo en un mundo vacío
demasiadas promesas en corrientes de aire
demasiadas urgencias para nada importante
Demasiada violencia donde juegan los niños
demasiadas sonrisas en terreno baldío
demasiada injusticia atracándote el sueño
demasiada esperanza en la línea de fuego
Hoy levanto el corazón
pa’ brindar por los vencidos
me gustaría cambiar los errores repetidos
cargué en alguna ocasión
y en más de una canción
con los que no fueron míos
hoy levanto el corazón
pa’ descorchar el amor
y bebérmelo contigo
Demasiado trabajo para poco salario
demasiada miseria en la cola del paro
demasiadas verdades para tantos engaños
demasiados cristales en la fila del baño
Demasiadas farolas para tan pocas luces
demasiada movida en calle del cruce
demasiada cordura para tanto desastre
demasiada tristeza en la puerta del baile
Hoy levanto el corazón
pa’ brindar por los vencidos
me gustaría cambiar, los errores repetidos
cargué en alguna ocasión
y en más de una canción
con los que no fueron míos
hoy levanto el corazón
pa’ descorchar el amor
y bebérmelo contigo
Díganme qué opinan de este nuevo uso que se da a demasiado.
Yo personalmente admito que me he pillado alguna vez diciendo “demasiado
bueno”; aunque luego casi que me muerdo la lengua ante semejante contradicción.
Pero el idioma evoluciona y, ¿quién sabe?, quizás en la próxima
edición del DRAE aparezca este significado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario