sábado, 4 de octubre de 2014

Uso de los dos puntos (2)

Continúo hoy con la transcripción de las recomendaciones que dan la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, y en libro El buen uso del español (2013), sobre el uso de los dos puntos:

Además de los vistos en el capítulo anterior, el uso de los dos puntos se extiende a otros contextos o construcciones lingüísticas, entre los que cabe citar los siguientes:

Entre oraciones yuxtapuestas. Se emplean los dos puntos para conectar oraciones relacionadas entre sí, dejando entrever una relación de dependencia. Esta relación puede ser de diferentes tipos:

·  Causa-efecto: Se ha quedado sin trabajo: no podrá ir de vacaciones este verano.

·  Conclusión, consecuencia o resumen de la oración anterior: El arbitraje fue injusto y se cometieron muchos errores: al final se perdió el partido.

·  Verificación o explicación de la oración anterior, que suele tener un sentido más general: La paella es un plato muy completo y nutritivo: tiene la fécula del arroz, las proteínas de sus carnes y pescados, y la fibra de sus verduras.

·  Oposición: Rodolfo no es una persona: es mi gato.

En este tipo de contextos, los dos puntos pueden alternar con el punto y coma.

Con conectores discursivos. Suelen usarse los dos puntos tras algunos conectores de carácter introductorio que anuncian, de manera un tanto enfática, una explicación, como a saber, es decir, en conclusión, pues bien, dicho de otro modo, más aún, ahora bien, etc.:

La voz carbunclo tiene dos sentidos, a saber: ‘piedra preciosa’ y ‘enfermedad del ganado’.

Dice que se va. Más aún: amenaza con no volver jamás.

Tampoco en este caso debe usarse la mayúscula tras los dos puntos.

En la mayoría de estos contextos puede, asimismo, escribirse coma en lugar de dos puntos, si bien con ella desaparecen el énfasis y la expectación creada en el lector en relación con lo que se va a decir.

Delante de los conectores, no deben usarse los dos puntos. Por tanto, sería incorrecto escribir, por ejemplo, ÄSe ha preparado durante diez meses: por tanto, no tendrá problemas en aprobar.

En títulos y epígrafes. En títulos y epígrafes es frecuente el uso de los dos puntos para separar el concepto general del aspecto parcial del que va a tratarse:

La literatura medieval: fuentes y desarrollo.

En cartas y documentos administrativos

·  Se emplean dos puntos tras las fórmulas de saludo en el encabezamiento de cartas y documentos. La palabra que sigue a los dos puntos se escribe con inicial mayúscula y en renglón aparte:

Estimado señor:
Le agradeceré que en el plazo más breve posible…


Debe evitarse utilizar la coma de los dos puntos con este tipo de fórmulas. Así, no es correcto escribir
Querida Raquel,
Hace tiempo que quería decirte…








·  Se usan, asimismo, tras verbos como certificar, exponer, solicitar…, escritos enteramente en mayúsculas, que actúan como fórmulas de enunciación en los textos jurídicos y administrativos. También en estos casos la primera palabra que sigue a dicho verbo se escribe con inicial mayúscula y en párrafo aparte:

CERTIFICA:
Que D. José Álvarez ha concluido con honores el Curso…

Del mismo modo, se escriben dos puntos tras gerundios como considerando o resultando cuando preceden a cada una de las razones que sirven de apoyo a un fallo, dictamen o solicitud.

Concurrencia con otros signos. Como es lógico, los dos puntos no pueden aparecer junto a los otros signos delimitadores (punto, coma y punto y coma), puesto que cumplen la misma función.

Sí pueden concurrir, en cambio, con los demás (los de interrogación o exclamación, los puntos suspensivos, los paréntesis, los corchetes, las rayas, etc.):

  Todas esas personas no son de fiar (nunca cumplen su palabra): mejor alejarse de ellas.

  Si pudiera recuperar algo de aquello…: las emociones, la capacidad de sorpresa, la alegría y tantas otras cosas. 

En estos casos, los dos puntos siempre deben colocarse a continuación de los demás signos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario