martes, 30 de julio de 2013

Unidades de la morfología

El morfema. Si bien la noción de morfema se ha usado en varios sentidos, en el que se adoptará aquí equivale a segmento morfológico. Desde este punto de vista, se define como la unidad mínima aislable en el análisis morfológico. Así, en la palabra habilidades identificamos los siguientes morfemas: la raíz habil-, que aporta el significado léxico (presente en habilitar, rehabilitar, habilidoso, etc.), el sufijo derivativo –idad (identificable en claridad, cordialidad, felicidad, etc.) y el sufijo flexivo –es (que se encuentra en carteles, mujeres, felices, etc.).

Los morfemas reciben distintos nombres en función del papel que desempeñan en la estructura y en el proceso de formación de palabras.

Base léxica y raíz. Base léxica es la voz de la que se parte en un proceso morfológico. La base proporciona la raíz tras la cancelación del segmento vocálico átono final. Así, deporte es la base de deport-ista, que se forma sobre la raíz deport-. Cuando la base léxica termina en consonante (mar) o en vocal tónica (café), ambos constituyentes son idénticos, como ocurre en mar-ino o en cafe-ína.

Afijos. Afijo es el nombre que recibe el morfema ligado que debe aparecer unido a otro morfema. Según sea su posición con respecto a la raíz, se distinguen tres clases de afijos:

a) Sufijo. Afijo pospuesto, generalmente léxico, propio de la derivación. El sufijo flexivo se suele denominar desinencia, aunque en ocasiones este término se reserva para el conjunto de los morfemas flexivos del verbo.

b) Prefijo. Afijo antepuesto: im-posible.

c) Interfijo. Afijo que se sitúa en una posición intermedia entre la raíz y un sufijo: polv-ar-eda, mujer-c-ita. 

Fuente: Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. Nueva gramática básica de la lengua española. 2011.

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