El guion, que no debe confundirse con la raya (—), tiene tres usos fundamentales: como unión entre palabras u otros signos; como signo de división de palabras al final de una línea; y en obras de contenido lingüístico.
En el primer caso vincula los elementos de una palabra compuesta (franco-alemán, histórico-crítico) o las relaciones entre palabras (relación calidad-precio, tren San José-Heredia). En este último caso el guion funciona con valor de enlace, similar al de uan preposición o conjunción. En ambos caso, cada una de las palabras conserva su acento.
En cuanto a la división de palabras al final de una línea, se debe atender a las reglas de división silábica y nunca dejar una letra sola (sea la primera o la última).
En el Diccionario panhispánico de dudas se hace una referencia más detallada a los usos del guion y aparecen algunos ejemplos ilustrativos del mismo.
En el primer caso vincula los elementos de una palabra compuesta (franco-alemán, histórico-crítico) o las relaciones entre palabras (relación calidad-precio, tren San José-Heredia). En este último caso el guion funciona con valor de enlace, similar al de uan preposición o conjunción. En ambos caso, cada una de las palabras conserva su acento.
En cuanto a la división de palabras al final de una línea, se debe atender a las reglas de división silábica y nunca dejar una letra sola (sea la primera o la última).
En el Diccionario panhispánico de dudas se hace una referencia más detallada a los usos del guion y aparecen algunos ejemplos ilustrativos del mismo.
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