En primer lugar, se debe tener en cuenta que la
transcripción de otro texto debe hacerse solamente en situaciones en las que es
completamente necesario y, si se hiciera, lo mejor es que sean transcripciones
cortas. Siempre se debe comentar lo transcrito, se debe explicar la pertinencia
de la transcripción; no corresponde al lector adivinarla. Debe evitarse la
práctica de escribir en cursiva el texto transcrito, pues existen otros medios
para marcar el hecho de que se trata de un texto ajeno.
Si se va a copiar menos de cinco líneas y la
transcripción será dentro de un párrafo, lo transcrito debe entrecomillarse. Si
la transcripción es de más de cinco líneas, se corre el margen izquierdo un
centímetro y se disminuye el tamaño de la letra en un punto. No se utilizan las
comillas en este caso, pues el cambio de uno de los márgenes y del tamaño de la
letra, son marca suficiente para que el lector no confunda el texto con las
palabras de la persona que transcribe.
En todos los casos debe indicarse la fuente del texto
transcrito, con información suficiente para que el lector pueda ubicar el
documento fuente de la transcripción.
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