Me consultan sobre el uso de los puntos suspensivos.
Para atender la consulta en forma amplia, les transcribo lo que disponen las
Academias de la Lengua sobre este tema, en su libro El buen uso del español (2013:
70-72):
QUÉ
SON
Los
puntos suspensivos constituyen un signo de puntuación formado por tres puntos
consecutivos (...) sin espacio entre ellos.
Deben
ser únicamente tres. No debe quedar espacio entre los puntos suspensivos y la
palabra que los precede, pero sí ha de haber un espacio de separación respecto
de la que los sigue. Si van seguidos de otro signo de puntuación, dicho espacio
no debe existir:
Seguían
pasando los días..., pero nada cambiaba.
Cuando
cierran el enunciado, la palabra siguiente debe escribirse con mayúscula
inicial: El caso es que si llueve... Mejor no pensar en la posibilidad. En
cambio, si el enunciado continúa tras ellos, la palabra que sigue inicia con
minúscula: Estoy pensando que... aceptaré la propuesta; en esta ocasión
debo arriesgarme.
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PRINCIPALES
USOS DE LOS PUNTOS SUSPENSIVOS
Tiene
como función principal señalar una suspensión o una omisión en el discurso.
Ello puede responder, o bien al deseo de quien escribe de dejar en suspenso el
enunciado, con intención enfática o expresiva, o bien a la conveniencia o
necesidad de indicar que parte del texto se ha omitido. Estos son los casos más
significativos:
Para
indicar la suspensión del discurso con finalidad expresiva. Cuando se utilizan respondiendo a necesidades expresivas de carácter
subjetivo, funcionan como indicadores de modalidad. Estos son algunos de sus
valores:
- Señalan una pausa transitoria que expresa duda,
temor o vacilación:
Te
llaman del hospital... Espero que sean buenas noticias.
Quería
preguntarte..., bueno..., que si quieres ir conmigo a la fiesta.
- Dejan el enunciado incompleto y en suspenso con
el fin de crear expectación:
Si
yo te contara...
o
por cualquier otro motivo:
Fue
todo muy desagradable... No quiero seguir hablando de eso.
- En ocasiones, sin que impliquen omisión, la pausa
que señalan persigue demorar enfáticamente el enunciado:
Ser...
o no ser... Esa es la cuestión.
Para
señalar omisiones. Indican que se ha
omitido una parte del texto, bien porque es innecesaria para descifrar el
mensaje, bien porque resulta ya conocida para el lector. Estos son los casos
más destacables:
- Señalan la interrupción voluntaria de un discurso
cuyo final se da por conocido o sobrentendido por el interlocutor. Esta
circunstancia es especialmente frecuente cuando se reproduce un refrán o
un fragmento literario de sobra conocido:
A
quien madruga..., así que dense prisa.
Y
comenzó a recitar: “Con diez cañones por banda...”.
- Al final de enumeraciones abiertas o incompletas,
cumplen la misma función que la palabra etcétera o su abreviatura:
Puedes
hacer lo que quieras: leer, ver la televisión, oír música...
Debe
evitarse, por redundante, la aparición conjunta de ambos elementos. No serían
correctas, por tanto, ÄPuedes
hacer lo que quieras: leer, ver la televisión, oír música, etc...., ni ÄPuedes hacer lo que
quieras: leer, ver la televisión, oír música..., etc.
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- Sirven para insinuar, evitando su reproducción,
expresiones o palabras malsonantes o inconvenientes; a veces se colocan
tras la letra inicial del término que se insinúa:
¡Qué
hijo de... está hecho!
Vete
a la m... No te aguanto más.
El
mismo procedimiento se utiliza cuando se quiere ocultar un nombre o cualquier
otro dato:
Don
Manuel R... era un verdadero sinvergüenza.
- Entre corchetes [...] o, menos frecuentemente,
entre paréntesis (...), indican la supresión de una palabra o un fragmento
en medio de una cita textual:
“Fui
don Quijote de la Mancha y so agora [...] Alonso Quijano el Bueno” (Cervantes,
el Quijote).
CONCURRENCIA
DE LOS PUNTOS SUSPENSIVOS CON OTROS SIGNOS
- Los puntos suspensivos son incompatibles con el
punto de cierre; por tanto, cuando aparecen al final del enunciado, no
debe añadirse tras ellos un punto:
Es
hermoso despertarse y ver el sol, los árboles, la luz en las ventanas... Creo
que volveré el año que viene.
Solo
cuando van detrás de una abreviatura, se suman al punto que la cierra, de modo
que se escribirán cuatro puntos en total:
Algunas
abreviaturas con tilde son pág., cód., admón....
- La coma, el punto y coma y los dos puntos sí son
compatibles con los puntos suspensivos, a los cuales se posponen sin espacio
de separación:
Cuando
decidas los colores, las telas..., te haré el presupuesto.
Una
cosa no quedó clara...: ¿desde cuándo se aplicará esta medida?
- Cuando se combinan con signos dobles, como las
rayas, los paréntesis o las comillas, pueden darse dos situaciones:
- Si lo que se omite forma parte del discurso
enmarcado entre esos signos, los puntos suspensivos preceden al de
cierre:
Está
encantado con su nuevo Picasso (yo diría que es falso, pero...).
Ya
lo dijo Arquímedes: “Dadme un punto de apoyo...”.
- Si el texto elidido corresponde, en cambio, al
discurso principal, los puntos suspensivos se escriben tras el signo de
cierre:
El
paisaje chileno ofrece muchos atractivos: mar y montaña (el Pacífico y los
Andes recorren el país de norte a sur), lagos y volcanes (como los de la X
Región), desiertos (Atacama)...
- Cuando concurren con los signos de interrogación
o exclamación, también pueden presentarse dos casos:
- Si el enunciado interrogativo o exclamativo está
incompleto, los puntos suspensivos preceden a los signos de cierre:
¡Si
te dije que...! Es inútil, nunca le haces/hacés caso a nadie.
- Si dicho enunciado está completo, los puntos
suspensivos se escriben detrás, sin espacio de separación:
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